Durante el verano, las playas suelen estar llenas de gente. Y cada bañista trata de pasar el tiempo en la playa como puede. Escuchar o tocar música parece ser una actividad muy entretenida y fácilmente accesible, pero cuidado, puede salirte muy caro en Portugal.
Con el fin de garantizar la tranquilidad y la calma que buscan los residentes y la mayoría de los bañistas, así como combatir las molestias en la playa, especialmente en verano, las autoridades portuguesas han decidido tomar medidas drásticas.
Se advierte a los bañistas en las playas de los centros turísticos portugueses que pueden enfrentar multas de hasta 36.000 euros si ponen la música a un volumen demasiado alto.
En Portugal, escuchar música en la playa puede resultar muy costoso
La Autoridad Marítima Nacional (AMN) ha prohibido los altavoces portátiles que reproducen música a un volumen alto y que causan molestias tanto a los residentes como a los turistas, informa Euro News este viernes 7 de julio.
Las nuevas restricciones se han confirmado justo cuando la temporada alta de turismo está a punto de comenzar en los destinos turísticos más populares de Portugal.
Anunciadas el mes pasado por la AMN, las regulaciones prohíben «el uso de equipos de sonido y actividades generadoras de ruido que, según la ley, pueden causar molestias».
Aunque no se sabe exactamente qué volumen de sonido se considera oficialmente una molestia, los bañistas pueden quejarse del ruido ante la policía marítima local responsable de la playa en la que se encuentran.
Las multas para los infractores van desde los 200 hasta los 4.000 euros para los individuos y de 2.000 a 36.000 euros para los grupos. Además, el accesorio que causó la molestia, como un altavoz, también puede ser confiscado.
Y eso no es todo. El decreto de la AMN sobre las playas enumera varias otras actividades prohibidas en la costa portuguesa. Estas incluyen jugar con pelotas fuera de las zonas designadas, acampar fuera de las áreas de campamento y hacer fuego.
Los turistas molestos son el objetivo en muchos países europeos
En los últimos tiempos, los turistas que causan molestias han sido el objetivo en toda Europa. Se están introduciendo reglas y restricciones en muchos países para hacer que los destinos turísticos populares sean más habitables para los residentes.
Las autoridades locales de varios destinos turísticos en España han anunciado reglas estrictas, especialmente en los centros turísticos. Por ejemplo, en Benidorm, un centro turístico en la costa este de España, a los vacacionistas no se les permite construir grandes castillos de arena.
El mes pasado, Dubrovnik, en Croacia, anunció la implementación de un sistema de depósito de equipaje para reducir el ruido de las maletas con ruedas en las calles empedradas de su casco antiguo.
Siguiendo esta tendencia, Grecia ha implementado un sistema de horarios para los visitantes de la Acrópolis para gestionar mejor el flujo de turistas, mientras que el Panteón de Roma, en Italia, ha introducido una tarifa de entrada esta semana.
Muchos países, incluido Portugal, también están fortaleciendo las restricciones en alquileres a corto plazo para combatir la inflación en el mercado de la vivienda.
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